jueves, 10 de febrero de 2011

Carstens y "calderolandia"

Definase "calderolandia" como el país de no pasa nada, de "usted viva y no se queje", de "aquí no hay guerra, es combate contra el narco", de "buen empleo, bien pagado" y recientemente de "no hay escalada de precios"; frase recientemente dicha por el presidente del "afamado y bien ponderado" Banco de México, Agustín "el come-solo" Carstens.
En el país de no pasa nada, ahora este "gordinflón" nos sale con que muchos productos básicos han bajado de precio; se ve que el señor no come en la calle. Y es que pregúnten a mis padres, a otras familias si no hay escalada de precios, (el encuestador/entrevistador/individuo curioso, ¡se lleva una mentada de madre segura!). Comprar un kilo de huevo, un kilo de tortilla o 1/4 de carne se ha convertido en un verdadero lujo, lo cierto que los miserables salarios no alcanzan y la gente se ve en la necesidad de establecer otro tipo de estrategias de supervivencia en esta ciudad. Pero, como dicen por ahí, empecemos por el principio...
Los "gasolinazos" son el pan nuestro de cada día y de este combustible fósil dependen miles de negocios de abastecimiento productos. Añada usted las heladas que azotaron al norte del país, causantes de la pérdida de miles de cultivos y mezcle bien con el condimento: "hacer la comida me sale más caro". Cadena de eventos desafortunados que dan como resultado un caldo sustancioso de descontento.
Señoras y señores, ¡ha llegado el tiempo de las especulaciones! La Ciudad de México (históricamente dependiente del abasto externo) resentirá el aumento en Jitomate, tomate, chile, limón (todavía más), entre otras. Hay que apretar los dientes (ootra vez) y aguantar lo que viene. Calderolandia no existe y el gordo no lo entiende....

sábado, 5 de febrero de 2011

De gripes y políticas públicas

Escribo desde mi computadora, repleta de microbios por la gripe que me aqueja actualmente. La solución más fácil y rápida es la automedicación.
Como yo, existen miles de mexicanos que optan por la misma opción, comprarse un antigripal que alivie los síntomas aunque sea por unas cuantas horas. Hace casi 6 meses se anunció con bombos y platillos la prohibición de vender medicamentos antibióticos sin receta; esperando que la gente acudiera con su médico de cabecera y así evitar la automedicación.
El resultado fue una explosión en la compra de antigripales y expedición de recetas falsas en Santo Domingo, hasta cierto punto la gente ya sabe que antibiótico resulta eficaz para aliviar sus males. Aquí el riesgo radica en que ¡no somos médicos! No sabemos si lo que nos aqueja es un leve resfriado o algo más riesgoso para la salud.
Los señores que se sientan cómodamente en sus curules, no tienen en cuenta el viejo dicho "A grandes males, grandes remedios" las salidas fáciles no se hicieron esperar y es que lo grave de esta situación es el decadente sistema de salud, llámese "Seguro Popular", "IMSS", "ISSSTE", etc. Lo cierto es que no hay fondos, que la gran creación priísta de salud, el IMSS, está al borde de la quiebra y no puede ni siquiera cubrir eficientemente las pensiones. Del ISSTE, ni se diga, igual o peor.
La atención es mediocre, llena de papeleo, malos tratos y oficinistas comiendo tortas. Los médicos (no todos pero sí la mayoría) recetan lo mismo: Paracetamol cada 8 horas, para dolores crónicos: Diclofenaco, inflamación: Naproxeno; infección de la garganta: Amoxicilina o Ampicilina (si es muy fuerte ampolletas), para los malestares de gastritis: Raniditina, para la tos: Ambroxol y así podría seguir pero con esas es suficiente.
Uno recurre al médico para que le recete lo de siempre y para ahorrar las molestas situaciones de las clínicas públicas prefiere comprar lo que este al alcance ahorrando tiempo dinero y esfuerzo...