jueves, 16 de septiembre de 2010

El día 16 de septiembre de 2010: igual que siempre.

Será que me la he pasado criticando las fiestas, pero la verdad no puedo evitar el carácter infantil que aun conservo. Siempre me ha gustado la pirotecnia, desde que era niña ese detalle se me ha hecho simplemente maravilloso, así que el despliegue de luces del día de ayer me agrado. La verdad es que cuando algo te gusta, no te pones a pensar en cuanto costó o cómo se hizo, simplemente procuras disfrutarlo. Desde luego que la sonrisa se me borró el día de hoy, cuando “mi niña interior” se durmió y busqué en internet las cifras aproximadas del costo del festejo…. Mejor ni me acuerdo o me vuelvo a enojar; no quiero hacer coraje, al menos no a esta hora que estoy apunto de irme a dormir y no quiero que nada turbe mi sueño je je je.
En fin, el día de hoy me desperté relativamente temprano, tomé mi acostumbrado café, escuché música y me dispuse a observar el desfile militar. Mis hermanos estaban particularmente emocionados, y es que en el lugar donde vivimos, se puede apreciar perfectamente el despliegue aéreo de cada año. Así pues, estábamos los tres pegados a la ventana a la espera de la aparición de los aviones y helicópteros que sobrevolaron el Zócalo. Con particular emoción, mi pequeño hermano saltaba y se le iluminaban los ojos al ver pasar a aquellos objetos voladores (pobre aún no se da cuenta del país en e que vive). Mi hermana, por su parte sólo se alegraba cuando pasaba algún avión grande, impresionada quizá por el estruendo de las máquinas. Y yo simplemente observaba pero a la vez recordaba que yo era igual cuando tenía su edad; a mi no me tocó espectáculo aéreo cuando niña, pero si vi los tanques circular frente a mi casa y eso me gustaba.
Cabe resaltar la participación de las tropas extranjeras, por lo demás pasó como cualquier otro año, otro 16 de septiembre común y corriente. Por lo demás, la tarde ha sido tranquila con alguno que otro cohete tronado por un niño (o adulto, uno nunca sabe) y sonidos de carros. Claro que, a esta hora, la calle está desierta pues todos descansan de la fiesta.
Llamó mi atención en la ceremonia del grito en Dolores, como Calderón evocó las palabras “exactas” que Miguel Hidalgo promulgó hace 200 años. Si fueron tan exactas ¿Por qué no escuché “Viva Fernando VII y muera el mal gobierno”? (Es sarcasmo) De ninguna manera se puede desmitificar al “héroe”, la gente tiene que creer en algo para que este país no se desmorone en mil pedazos.
Son precisamente esos héroes pre-fabicados, los que permiten que la gente se olvide de todo y dé el grito con su querido presidente. De pronto, todos son patriotas, todos son mexicanos y nadie se atreve a criticar al C. Presidente. El lunes ya veremos, seguramente aparecerá alguno que otro ejecutado que les haga “recordar” a esa gente que estuvo en el Zócalo el lugar en donde estamos y despierten del encandilamiento de la fiesta.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

¡Ya es 15 de septiembre, día de las celebraciones del bicentenario!

Inicio con esta frase, porque desde muy temprano en la mañana la he escuchado repetitivamente hasta el punto del hartazgo. Nada importa en el país que no sea la celebración, que aparte de todo parece haberse concentrado exclusivamente en la Ciudad de México ¿Qué los demás no existen o qué?
Pero ese es tema aparte, ¿Alguien le ha prestado atención a la nueva ley de Peña Nieto? Efectivamente eso es mucho más relevante, esta ley prohíbe las alianzas de partidos en el Estado de México y ¿por qué resulta importante si lo mismo ya se aplica en otros estados del país? No hay que echarle mucho coco, Enrique Peña Nieto está preparando el inminente camino hacia la silla presidencial del 2012; los comicios del 2011 en el Estado de México deben estar debidamente ganados para lanzar al “gel boy” (como algunos lo llaman).
Desde luego yo no estoy de acuerdo con las alianzas políticas, es una verdadera estupidez que PAN y PRD, partidos antagonistas históricamente se unan para que el PRI no gane. ¿Es eso democracia? No señores, eso es preocuparse por no perder el poder y que cada quien reciba su justa tajada del pastel. ¿Han escuchado la típica frase: “si no votas, no te quejes”? Yo más bien la cambiaría por: “si no cambias, exiges y reclamas, no te quejes”. Pero una vez más todos se preocupan por gritar esta noche ¡Viva México! Y por supuesto aguantar la tremenda cruda del día de mañana, a excepción de quienes gusten mantenerse ecuánimes para presenciar el desfile militar de mañana.
A las 4:30 inició la representación de la ceremonia del “fuego nuevo” (dudo mucho que los imbéciles de los organizadores sepan qué diablos significaba esto), en Paseo de la Reforma y el Zócalo ya se podía observar gente desde la una de la tarde. Dentro de unas horas más, aquello estará a reventar y la verdad ni ganas dan de pararse por ahí.
A propósito ¡Hoy no veremos el último capítulo de “Gritos de muerte y libertad”! ¡Qué preocupada estoy! En esta serie televisiva se hizo el esfuerzo por mostrar la historia de manera diferente  a la que nos enseñaron en la primaria y secundaria, hasta cierto punto lo lograron. Aunque debo decir que el guión está pesimamente escrito, eso de hablar de libertad e independencia desde fechas tan tempranas como 1810, es una reverenda estupidez. Pero la gente tiene que creer en algo, mínimo para que se sientan orgullosos y no desentonar con los festejos. Que por cierto, tengo la ligera impresión de que se saltarán el periodo del Primer Imperio, ¡Porque lo que importa es la primera República! (ja ja ja)
En fin, hasta aquí el comentario de hoy, si gustan pueden celebrar, ponerse hasta la madre, comer hasta vomitar, guardar silencio o irse a dormir temprano; esaes elección de cada quién. Mañana será 16 y habrá más que comentar sobre esta celebración y demás noticias que realmente importen.

Ayer fue 14 de septiembre de 2010

El bicentenario en 2010. 14 de septiembre de 2010.
No se me ocurre un título más ingenioso para el presente comentario con respecto a las “fiestas patrias”. Me animé a escribir esto porque las palabras de una profesora me pusieron a pensar. Para bien o para mal aquí nos tocó vivir y somos afortunados, no cualquiera puede jactarse de vivir las fiestas conmemorativas del bicentenario de la independencia y lo que escribamos ahora, será leído (al menos esa es mi esperanza) por alguno que otro loco dentro de 100 años más.
Este comentario me animó y me sacó por un momento de la apatía que guardo con respecto a las celebraciones patrias. Es curioso, mi familia dice que estoy amargada, que todo lo veo negativo y que la Historia es una vulgar mentira. Quizá estas opiniones sean por la forma despectiva en que me expreso sobre diversos “héroes nacionales”, lo que no entienden es que son bromas o frases irónicas y sarcásticas sobre los hechos y personajes de la historia. Una de las desventajas de ser historiador es que sólo tú y tus colegas entienden tus chistecitos.
Quizá la única certeza que tengo hoy día es que mi país tiene muchísimas ventajas con respecto a otros y que afortunadamente existen personas que sobresalen del común y ponen el nombre de México muy en alto. Desafortunadamente las cosas negativas son tan numerosas que no las podemos contar con los dedos de las manos.
¡Viva México! Gritarán mañana, 15 de septiembre de 2010, más de 25,000 personas en la plancha del Zócalo chilango; ante el balcón presidencial con el ilustrísimo C. Presidente Felipe Calderón Hinojosa. Eso sin contar a las personas que salen a festejar a las calles y plazas del resto de la República. ¡Oh glorioso 15 de septiembre! ¿Qué no se supone que era 16? Bueno este año, por decreto presidencial, las fiestas patrias son tan especiales que ¡Hasta el 17 es festivo! Mega puente, semana corta, sólo lunes y martes se trabaja, al menos en el papel; cada empresa decide si otorga el 17 como asueto. ¡Re contra viva México!
El gobierno federal finalizó el 2009 anunciando las diversas actividades políticas y culturales a realizar en este año. Entre ellos el programa de difusión “Discutamos México” que se supone tenía la intención de llegar al común de los mortales que generalmente no saben, les importa un carajo o de plano les va y viene la historia del país en donde viven (ya no digamos del mundo en el que viven). Yo no digo que no haya sido una buena idea, pero simplemente los temas y discusiones abordados en dichos programas fueron abordados con el rigor académico de la Historia. ¿Quién demonios sabe quién es Miguel León Portilla, Gisela von Wobeser, Antonio Rubial, etc? Es más ¿Alguna vez la gente que tiene acceso a un aparato televisor o radio había escuchado los nombres de estos investigadores? Sólo quienes estudiamos humanidades (no todos, desde luego) y alguno que otro loco, sabemos o nos acercamos medianamente al trabajo de estos personajes reconocidísimos en el “gremio” de historiadores.
¡Cómo olvidar la procesión solemne de los restos de los héroes de la columna de la Independencia! Eso de rendir culto a los huesitos de los “próceres” no me agrada para nada; pero en fin todos los noticiarios del duopolio comunicativo del país se encargaron de entrevistar a los antropólogos encargados de examinar los huesos y el polvo que queda en la urnas.
Hoy día 14 de septiembre de 2010, todos los programas televisivos y radiofónicos (al menos los que yo veo y escucho) tienen algo que comentar con respecto al bicentenario. Notas curiosas de los héroes, balances políticos de actualidad, entre otros. El bicentenario es la novedad del momento, de pronto todo el mundo (o por lo menos la mayoría) se sienten orgullosísimos de ser mexicanos. Después del puente y de la borrachera que se acomode el 95% de la población que tiene acceso al alcohol, drogas y demás sustancias estupefacientes, ni quién se acuerde de en donde diablos vive y como se llama su querido y festejado país. (Al menos no para efectos prácticos)
La “cruda realidad” después del puente será por supuesto lo cotidiano, lo que estamos acostumbrados a ver: Matanzas, guerra declarada con el narco, asaltos, etc. No tiene caso numerar lo que se vive a diario, cada quien lo ha experimentado a su muy particular manera.
¿Viva México? Hay que reconocer que es un verdadero milagro que este país medio se haya conservado en una pieza después de la declaración de Independencia, de eso sí hay que estar agradecidos. Cada quien es libre de celebrar como quiera y en donde quiera, pero soy para mí es mucho más valioso pensar, reflexionar y darme cuenta de la realidad en la que se encuentra este país. En la medida en que cada mexicano realice esto y despierte del letargo; en ese momento, existirá el poder para exigir y organizar un cambio en todos aspectos. Cuando eso suceda, entonces si habrá que estar orgulloso de ser mexicano y de gritar con toda libertad ¡Viva México! Porque como alguna vez lo dijo Germán Dehesa “si esperamos que el gobierno cambie, ¡nos vamos a morir tu y yo primero!”